El Tiempo Salamanca / Matacan

24 agosto 2005

SUEÑO CANSADO POR EL VUELO DE UNA ABEJA (MUERTA) ALREDEDOR DE UNA GRANADA UN SEGUNDO ANTES DE DESPERTAR Y DOS DESPUÉS DE DORMIR

El film que Dalí y Buñuel realizaron en 1929 iba originalmente a llamarse (carta de Luis Buñuel a Pepín Bello,(el eterno amigo de la residencia de estudiantes, no limitado); invirtiendo el sentido del aviso que entonces figuraba en las ventanillas móviles de los trenes franceses, un título que encaja perfectamente en el campo semántico del superrealismo. Al preguntarnos de dónde viene y qué significa el que fue finalmente adoptado, se impone como ineludible hipótesis el que aluda a García Lorca, teniendo en cuenta el entramado de relaciones entre los tres, y el amor insatisfecho de Lorca hacia Dalí.

El primer concepto de naturaleza estética que aparece en Dalí es el de "putrefacción". Correspondiente a la jerga de la Residencia de Estudiantes, se ha atribuido indistintamente a Pepín Bello, Buñuel, Dalí y Lorca. Lo putrefacto, ya se trate de personas u obras de arte o literatura, es lo arcaico e inactual, lo conservador y tradicional, lo tópico y lo retórico, lo sentimentaloide y lo pompier. Dalí y Lorca planearon hacia 1925 un libro sobre la putrefacción, para el que Dalí realizó muchos dibujos, que se refieren a la hipertrofia de las emociones melodramáticas, la autocomplacencia del figurón orgulloso de su preeminencia social, con grandes bigotes, uniformes y medallas, el arraigo del burgués bien-pensante y la sensiblería ñoña. Dalí escribió: "En el fondo la putrefacción es el sentimiento, por lo tanto algo inseparable de la atmósfera es la astronomía, por eso oponemos la astronomía a la putrefacción".

Astronomía es asepsia, frialdad, serenidad: a gran altura sobre la superficie terrestre las condiciones térmicas y biológicas impiden la putrefacción. Quizá la presencia de un avión sobre el rostro de Lorca en Naturaleza muerta (1926) de Dalí se refiera a su deseo de considerar astronómicas unas relaciones que Lorca prefería putrefactas. El libro no llegó a realizarse ya que Lorca nunca escribió el prólogo. Una explicación puede dárnosla la Oda a Salvador Dalí de Lorca (1926), alusión al amor imposible entre los dos, o el descubrimiento por Lorca de que Dalí lo consideraba, en su solicitud amorosa y en su poesía, un putrefacto. “En nuestra relación varias veces intentamos penetrar, pero al no ser posible lo dejamos correr”. Desde ese punto de vista es posible entender un perro andaluz como un putrefacto andaluz, y esto último como una alusión a Lorca en el momento en que Buñuel lo sustituye en la intimidad de Dalí, tras haberle éste reprochado la "putrefacción" de Canciones y Romancero gitano, “Federiquito admiro tu poesía que enciende mis entrañas”.

En L'Amic de les Arts de noviembre de 1927 publicó Dalí una prosa, "Mi amiga y la playa", en la que aparecen manos cortadas y un ojo cortado por un bisturí, y que lleva como cita inicial "La miel es más dulce que la sangre", título del célebre cuadro que Dalí pintó ese año, y que alude a la inclinación amorosa de Lorca hacia él. Se ha sugerido incluso la posibilidad de que, en la oposición que plantea el título de ese cuadro, "la miel" designe a Lorca y "la sangre" a Buñuel, partiendo del enfrentamiento entre ambos en términos personales y de poética. La razón es que en la reseña de Un perro en La Gaceta Literaria de junio de 1929 por Eugenio Montes, se señala que el film se oponía a la lírica con "drama y tradición",¿la de Lorca y similares, que Dalí y Buñuel consideraban putrefacta?, y que en el nuevo espíritu superrealista de Dalí la comparación del título de 1927 se había invertido, y ahora era la sangre más dulce que la miel.

Además, en los cuadros de 1938 en los que aparece el rostro "invisible" de García Lorca ( Afgano invisible , Aparición de rostro y frutero y El enigma sin fin, este último sin duda uno de las obras maestras del maestro divino y supremo l´ampurdá ) su fantasma está configurado por el cuerpo de un afgano, un mastín y un galgo, respectivamente. Dalí sugiere a Lorca en carta de octubre de 1927 que los pintores son los depositarios de la verdadera poesía, y el divino Dalí no es más que un puerco…