EL SILENCIO DE LOS CORDEROS...
Los que estaban cerca de Ana Botella en la manifestación del sábado cuentan que cantaba mejor “Aire de fiesta”, de Karina, que “Borriquito”, la rumba de Peret que las viejas monjas entonaban con sones franquistas. El gusto es el gusto. A Pilar del Castillo la canción que más le iba era “Un globo, dos globos, tres globos”, que fue lo suyo, a pesar de que a la Iglesia no le gustaron nunca, los globos se le han dado siempre mejor a Acebes. “Borriquito” quedaba mejor en labios de Zaplana, con acento cartagenero. Dicen que alguien sugirió que se encargara a Zaplana la parte musical del evento, puesto que no es ajeno al Festival de Benidorm y ha disfrutado con la obra de Julio Iglesias, ahora mismo envuelto en un escándalo de pagos ilegales en las campañas del PP, convenientemente silenciados, aunque eso si, la admiración se ha traducido en generosas retribuciones al cantante en paraísos fiscales. Pero tal como están las cosas, no parece que “La vida sigue igual” fuera una canción recomendable, ni mentar a Julio Iglesias lo más oportuno para el PP. Seguramente “Borriquito”, dedicándola al adversario con intención de darlo por analfabeto, sintonizaba más con el gusto evangélico de la COPE y con el sentido del humor de la extrema derecha antidemocrática. Pero no deja de ser extraño que, a la hora de insultar, la Iglesia y sus fieles de la CONCAPA dejaran de tener en cuenta el gusto de Cristo por una borrica, sobre la cual decidió entrar triunfante en Jerusalén. Por este camino terminarán llevando borregos a las manifestaciones educativas, sin tener en cuenta que uno de los venerados símbolos de la Iglesia es el cordero pascual. Afortunadamente la Iglesia nunca miente, ni mentirá. Yo estoy escribiendo sobre el silencio de los corderos.
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