El Tiempo Salamanca / Matacan

13 octubre 2005

DEBEMOS ENCUMBRAR SALAMANCA

En mi reciente viaje a Madrid, un ciudadano acostumbrado al maravilloso caos, contra-argumentaba mi opinión de la Salamanca fracasada. Él me decía: “…es una ciudad, con carácter y posiblemente vocación indestructibles”, admirándose de la cantidad de ataques que recibe, (malos gobernantes, paro estructural, envejecimiento, “macarrerías” y “carlistadas”…), y su capacidad de permanencia, de sonrisa agradable, de plaza y reunión del visitante... por increíble que parezca, Salamanca aún es capaz de proyectar una imagen positiva al exterior. Ésta puede resultar una reflexión algo simple e ingenua para un ciudadano que ha vivido en Salamanca y que ya no está.
Falta el reloj: Salamanca está acabada, es caduca, decadente, “ultraderechista”, pero también imaginativa, universitaria, elegante… capaz de proyectar la imagen que no es, pero que algún día acabará siendo, capaz de organizar una cumbre con varios países iberoamericanos, capaz de aspirar a la exposición universal en 2018, capaz de albergar un corte inglés, capaz de tener un aeropuerto con vuelos regulares en un lustro, (a pesar de contar con 150.000 habitantes), capaz de tener la Universidad más importante de la región y una de las referentes en España, a pesar de estar encuadrada la autonomía más pobre y que menos fomenta la vida académica, esa Universidad, aún así, es capaz de ser la primera en la región en número de proyectos de investigación abiertos y tesis, en número de publicaciones, ostentar además la editorial decana en España, ser punto de enlace privilegiado (y prácticamente único en España) con las universidades y culturas Latinoamericanas. Esa institución en la que el 80% de sus estudiantes vienen de otros puntos de España, (yo soy una excepción).
Esto también es ciudad, o mejor, es “la ciudad”. Una palabra vale más que mil imágenes y en Salamanca no hay segunda oportunidad para la primera impresión…