MAS de lo diferente
Los resultados electorales en Cataluña arrojan poca luz sobre la futura Generalitat. Hay ganador, pero no President. La prensa analiza en clave política lo que dicen las urnas: fracaso del PSC y una posible reedición del tripartito. Incluso El País habla de "castigo" al candidato socialista, José Montilla, arropado por el propio presidente del Gobierno (que le colocó a dedo, sacrificando a Pasqual Maragall). Habla, eso sí, de lo difícil que va a ser tener un Govern estable y sólido: "Tras 23 años de Gobierno nacionalista y tres de tripartito de izquierda catalanista, los ciudadanos de Cataluña dieron ayer a los partidos y a sus líderes un difícil encargo. Formar un Gobierno que sea estable, coherente y capaz de recomponer la sintonía con la opinión pública española". Y es que, tal y como comenta en su editorial, se abre "un amplio abanico de posibilidades de pactos de gobierno, que dibuja una compleja etapa de negociaciones políticas"
En clave estrictamente catalanista, las elecciones eran un examen al tripartito y determinar qué partido o combinación de partidos sería capaz de negociar con el Gobierno central la aplicación del nuevo Estatuto y de desplegar las posibilidades de un sistema de financiación más favorable, que es en realidad lo más importante. No hay una reflexión sobre la bajísima participación, ni sobre el fuerte suelo de voto que ha logrado el PP, y desde luego, nada sobre la ascensión cargada de tantos problemas como de heroicidad de Ciutadans, un partido que recoge parte de los restos del naufragio que no se ha virado a Iniciativa y que sin duda, representa un toque de atención muy serio, más de lo que ha primera vista pueda parecer, de la política desplegada por Zapatero. Por lo demás, Cataluña ha votado, una vez más, en clave conservadora. De las dos únicas formaciones con posibilidades realistas de encabezar el Gobierno, el electorado ha dado la mayoría a CiU, con 48 diputados, dos más que hace tres años, y 11 diputados de diferencia con respecto a la siguiente fuerza, el PSC, lo que le confiere una base de autoridad para iniciar el intento de formar una mayoría parlamentaria, a sabiendas de que no puede gobernar en solitario. Los socialistas de Montilla pierden cinco escaños, lo que constituye un castigo evidente del electorado. Es por tanto Convergencia i Unió la que debe gobernar en Cataluña, el cambio político ha existido y es en clave conservador. Sin embargo, Convergencia padece una victoria en la que honestamente sólo podría formar un gobierno con el PSC, puesto que la opción de ERC, resultaría a todas luces incompatible a tenor de las críticas propiciadas en la campaña y de acuerdo a diferencias ideológicas que se suponen profundas. Ciu está atrapada es su propia responsabilidad del catalanismo expresado en el deseo de desplegar el Estatut, y para ello, no puede pactar de entrada, con una fuerza que no lo votó. De modo que, la relación con Madrid y Montilla serán claves a tener en cuenta. En clave española es Mas de lo diferente.
En clave estrictamente catalanista, las elecciones eran un examen al tripartito y determinar qué partido o combinación de partidos sería capaz de negociar con el Gobierno central la aplicación del nuevo Estatuto y de desplegar las posibilidades de un sistema de financiación más favorable, que es en realidad lo más importante. No hay una reflexión sobre la bajísima participación, ni sobre el fuerte suelo de voto que ha logrado el PP, y desde luego, nada sobre la ascensión cargada de tantos problemas como de heroicidad de Ciutadans, un partido que recoge parte de los restos del naufragio que no se ha virado a Iniciativa y que sin duda, representa un toque de atención muy serio, más de lo que ha primera vista pueda parecer, de la política desplegada por Zapatero. Por lo demás, Cataluña ha votado, una vez más, en clave conservadora. De las dos únicas formaciones con posibilidades realistas de encabezar el Gobierno, el electorado ha dado la mayoría a CiU, con 48 diputados, dos más que hace tres años, y 11 diputados de diferencia con respecto a la siguiente fuerza, el PSC, lo que le confiere una base de autoridad para iniciar el intento de formar una mayoría parlamentaria, a sabiendas de que no puede gobernar en solitario. Los socialistas de Montilla pierden cinco escaños, lo que constituye un castigo evidente del electorado. Es por tanto Convergencia i Unió la que debe gobernar en Cataluña, el cambio político ha existido y es en clave conservador. Sin embargo, Convergencia padece una victoria en la que honestamente sólo podría formar un gobierno con el PSC, puesto que la opción de ERC, resultaría a todas luces incompatible a tenor de las críticas propiciadas en la campaña y de acuerdo a diferencias ideológicas que se suponen profundas. Ciu está atrapada es su propia responsabilidad del catalanismo expresado en el deseo de desplegar el Estatut, y para ello, no puede pactar de entrada, con una fuerza que no lo votó. De modo que, la relación con Madrid y Montilla serán claves a tener en cuenta. En clave española es Mas de lo diferente.
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